Muchos ya vivimos y conocemos la realidad laboral y económica que esta pandemia obliga a experimentar. Negar la dureza y dificultad de todas las pruebas, retos, desgracias, etc. que surgen día a día, es evadir, negar sin fundamento.
No vamos a hablar de eso, sino de las consecuencias de no luchar, ser valiente y esforzadx. Veamos algunas citas tomadas de La Biblia:
“Esfuérzate y sé valiente, porque tú serás quien reparta a este pueblo, como herencia, la tierra que juré a sus padres que les daría. 7 Pero tienes qué esforzarte y ser muy valiente. Pon mucho cuidado y actúa de acuerdo con las leyes que te dio mi siervo Moisés. Nunca te apartes de ellas, ni a la derecha ni a la izquierda, y así tendrás éxito en todo lo que emprendas. 8 Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. 9 Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas.” Josué 1:6-9
“Y el ángel del SEÑOR se le apareció, y le dijo: el SEÑOR es contigo, varón esforzado y valiente.” Jueces 6:12
Olvidar el negocio, dejar de producir, cerrar o abandonar una empresa el factor que más amenaza la micro y macro economía. El secreto y salida están en la diversificación.
Pongámoslo más claro, ¿qué puede hacer un restaurantero? ¿Despedir meseros y cerrar? Sí, las ventas se han ido al suelo pero ha llegado un momento donde todos debemos conciliar, los trabajadores deben “ponerse la camiseta” como nunca y ser fieles a su empresa y patrón. Este último debe quitársela por su personal y empresa (desnudarse de lo suyo para otorgárselo al otro, necesitado).
Continuando., las empresas ya están conformadas, no es momento de armar nuevos equipos. En el caso del restaurantero, el equipo ya esta formado, se conocen y fluyen bien, eso debe aprovecharse.
En el caso del restaurante, debe innovar buscando y creando nuevos productos y/o servicios dentro de su actividad y/o giro. De forma paralela se debe buscar una actividad similar y simultánea la cual pueda aprovechar todo lo mencionado anteriormente, meseros, chefs, instalaciones, infraestructura. Osea, sí el negocio está produciendo y vendiendo el 50% de su capacidad, el 50% restante debe activarse y utilizar para un negocio y/o idea nueva. Para fines explicativos, la mitad del restaurante continua igual y la otra mitad produce tapabocas en el área los clientes, donde por obvias razones, no los hay. (También se puede reinventar, como lo muestra la siguiente imagen)
Los activo más importantes que tenemos son la mente, la creatividad y la fe. Con una mala perspectiva y uso de estos dos activos, cualquier negocio está perdido. Supongo que ese restaurantero nunca habría emprendido su negocio sin creer, aunque no podía ver ni asegurar su exitoso futuro. Aunque un empresario realice el más exhaustivo, profundo y preciso plan de negocios, el ingrediente que saca el dinero para invertir y las ganas para trabajarlo, se llama FE.
¿Qué vamos a hacer ante éstas circunstancias, tomar la llave y sacar del cajón nuestra creatividad y fe (las cuales no tienen límites) ó arrojar esa llave por el balcón y encerrarnos en el cuarto de la depresión, desesperación y agonía? Comenta y comparte.