La ansiedad llega para decirte que la vida que llevas necesitas un cambio…
La ansiedad es un lenguaje confrontador del cuerpo y la mente.
Es un mecanismo defensivo caracterizado por un estado de contaste preocupación y miedo intenso ante situaciones cotidianas. Esto puede empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.
Cuándo la ansiedad es severa, provoca ataques de pánico (episodios repentinos), los cuales tienen la siguiente sintomatología:
- Miedo intenso
- Sudoración fría
- Escalofrío
- Náuseas
- Mareo
- Aumento súbito de la frecuencia cardiaca (Taquicardia)
- Palpitaciones
- Sensación de muerte inminente (la persona cree que es un infarto)
- Sensación de irrealidad y desconexión
Los ataques de pánico provocan mucho miedo y afectan la calidad de vida de quien los padece, sobre todo por las manifestaciones físicas intensas y la sensación de muerte. Este miedo puedo contribuir a aumentar la ansiedad y que la persona esté hipervigilante a sus miedos y cualquier manifestación de su cuerpo, haciendo que evite situaciones como el salir a la calle (agorafobia), socializar o miedo a dormir porque pueda suceder un ataque.
El padecer ansiedad y ataques de pánico es un alto para conectar con nuestros temores más profundos, indagarlos y sanarlos; así como entender que la mente es un campo de batalla continuo y lo que reprimimos tarde o temprano el cuerpo lo manifestará.
Recomendaciones para disminuir la ansiedad:
-Ten un refugio: ora, abre tu biblia, medita (repite palabras positivas: me amo, podré con esto, no estoy sola)
-Respiración diafragmática
-Tener presente que los ataques de pánico son pasajeros
-Higiene del sueño
-Optar por actividades relajantes y distractoras como yoga, tai chi, conectar con la naturaleza (disfrutar la luz del sol, el viento en tu cuerpo, el cantar de los pájaros, mirar el cielo en intervalos de minutos) Lo más importante es saber que sanar nuestra ansiedad lleva tiempo y que hay muchas cosas que están fuera de nuestro control. Esto implica no resistirse a lo